IDEARIO

SUEÑOS DE NUESTRA LABOR EDUCATIVA…

Los Colegios Diocesanos afrontan continuamente situaciones que, como afirmó el Papa Francisco, “ponen desafíos nuevos que a veces hasta son difíciles de comprender. En el corazón de los cambios del mundo estamos llamados a acoger, amar, descifrar y evangelizar; la educación católica tiene que contribuir al descubrimiento del sentido de la vida y hacer nacer nuevas esperanzas para hoy y el futuro”. La cultura actual está atravesando distintas problemáticas que provocan una difundida emergencia educativa. Con esta expresión nos referimos a las dificultades de establecer relaciones educativas que, para ser auténticas, tienen que transmitir a las jóvenes generaciones valores y principios vitales, no solo para ayudar a cada persona a crecer y a madurar, sino también para concurrir en la construcción del bien común.3
El reto más importante y desafiante está en cómo educar y formar a nuestros alumnos conforme a nuestro propio Ideario Cristiano y por ello, es urgente redefinir la identidad de la escuela católica para el siglo XXI.
Por ello, y para que nuestro colegio sea una verdadera comunidad de vida animada por el espíritu de Cristo, soñamos y trabajaremos por:
Un colegio que debe ser el LUGAR DE ENCUENTRO CON CRISTO: un lugar idóneo para poder estar con Jesús, para poder encontrarse con Él y tener experiencia de su amor. Soñamos con una fe vivida y compartida, teórica pero también práctica, que realmente haga a la comunidad educativa transformar su vida, para poder transformar el mundo.
Que nuestro centro sea UN ESPACIO SEGURO para toda la comunidad educativa, especialmente para los niños y niñas que Dios pone en nuestra mano, donde sean queridos, respetados y no juzgados. Un espacio donde se sientan tranquilos y felices.
En este proceso de enseñanza-aprendizaje soñamos con un modelo INCLUSIVO, donde nadie es descartado por ninguna condición, donde todos son importantes y esenciales. Únicos e irrepetibles a los ojos de Dios y de su Iglesia.
Lograr una mayor IMPLICACIÓN FAMILIAR, siendo una comunidad educativa cercana entre todos sus miembros, movida por el espíritu del amor de Cristo y conmovida por el hermano que tenemos al lado. Siendo empáticos y sensibles a cada realidad y situación familiar.
Trabajar por la promoción e integración real de la MUJER GITANA, en la sociedad, favoreciendo su formación, su protagonismo en la educación de la familia e inserción en el mundo laboral.
Avivar en el alumnado gitano y sus familias los mejores VALORES DEL PUEBLO GITANO: el significado de familia, la religiosidad, la alegría, la fiesta, el gusto por la Palabra de Dios…
Ser un CLAUSTRO UNIDO, a ejemplo de los apóstoles, donde todos eran uno y compartían aquello que tenían. Motivado y formado a todos los niveles para facilitar el buen desarrollo del centro. Donde prime el compañerismo, el sentimiento de que nos debemos a un bien mayor y el convencimiento que nos convoca a trabajar el mismo Señor a todos.
Hacer de nuestro centro un COLEGIO INNOVADOR en instalaciones (dará la oportunidad de recibir alumnado con una mayor diversidad y ofrecerle una educación más actualizada), en metodologías que apoyen nuestros objetivos, en tecnologías, en respuestas ante las dificultades. Una innovación y creatividad, pero con mirada humilde y sencilla.
Conseguir MAYOR CONTINUIDAD EDUCATIVA, a ello nos ayudaría concertar el primer ciclo de secundaria o el aula de 2 años, para fomentar la continuidad de nuestro alumnado y poder acompañarlos durante mayor tiempo en su proceso educativo.
Hacer de nuestro centro un lugar más RESPETUOSO CON EL MEDIO AMBIENTE, que se preocupe por el legado que dejamos a nuestros hijos, por el daño que causamos a la Casa Común y por remediar los males que la destrozan, educando en una conciencia ecológica que aproveche los recursos de la forma más óptima.
Que nuestra escuela sea un lugar PACÍFICO: dialogante, con medios personales y educativos para erradicar los conflictos, que ante la diversidad y la multiculturalidad crezca.
Ser CRÍTICOS, con capacidad de analizar los cambios, los personales y los comunitarios, y poder responder ante ellos.
Lograr el ABSENTISMO CERO, apostando por una educación integral y de calidad para la transformación de la persona y del entorno, donde acudir a la escuela sea un deseo para el alumnado en lugar de ser percibido como una obligación».

3Congregación para la Educación Católica, Educar hoy y mañana. Una pasión que renueva. Instrumentum laboris, 7 de abril de 2014. Introducción